Sobre Debry y su aportación a la novela negra ya hemos hablado en este irregular blog (por llamarlo de alguna manera) aquí, aquí, y aquí.
Pero una cosa es lanzar ideas, más o menos afortunadas o acertadas, y otra es lanzarse a analizar novela por novela. Labor inabarcable, inmensa, imposible de realizar... Y que el amigo Joan Manuel Soldevilla se ha lanzado a hacer en su blog Peter Debry, padre de la novela negra . ¿Qué decir? Empezando por la colección Servicio Secreto de Editorial Bruguera (una de mis favoritas) Soldevilla nos va desgranando post a post y novela a novela lo mejor, que es mucho, de Peter Debry como escritor de novela negra.
No se crean, eso sí, que el amigo Soldevilla solo sabe de novela negra. No. Ha escrito un breve pero intenso ensayo sobre El Galante Aventurero publicado por El Boletin que es muy recomendable y además, siguiendo con la misma obra, publicó un artículo sobre ella llamado "El Fairbanks del folletín" en el suplemento Culturas de La Vanguardia del miércoles 12 de marzo del 2008.
Hay que seguir la obra de Debry, eso ya lo venimos diciendo desde hace tiempo, pero queda claro que ahora hay que seguir también los escritos de Soldevilla :-)
6 comments:
Amigo Marqués.
Gracias por sus palabras de apoyo; es un privilegio que su blog -blog mater para mí y para muchos- hable tan bien de mi propuesta.
Gracias, insisto, por su complicidad.
JMSoldevilla
Amigo.
Me parece fantástica su propuesta de escanear y colgar el artículo de La Vanguardia; puestos a pedir, me gustaría poderlo ver colgado en su blog, que es referencia obligada para todos los aficionados. Y ya que estoy con ánimo pedigüeño...¿podría indicarme alguna dirección de BCN donde poder encontrar material Debry? Vivo en el Ampurdán y algunos domingos bajo a la ciudad y me paso por el Mercat de Sant Antoni, pero el encontrar material acostumbra a ser bastante irregular y azaroso.
Gracias por su complicidad
JMSoldevilla
Amigo Soldevilla:
¡Qué más quisiera que poder ayudarle! Lo cierto es que mi experiencia por diversas tiendas de Barcelona es decepcionante. Más allá de los estratosféricos precios que, desgraciadamente, se están poniendo de moda, el material de Debrigode prácticamente ha desaparecido del mercado. Y lo que aparece, como usted bien dice, es irregular y azaroso.
Lamento serle de tan poca ayuda.
Saludos,
...En una ciudad tan populosa y cosmopolita como Barcelona en cualquier lugar hay broncas, en cualquier momento se comenten asaltos o te topas con borrachos al volante. Y la noche es otro país con otro idioma, donde predomina la palabra gruesa, el gesto seco y donde campan a sus anchas los pirados que se dedican a incendiar coches y contenedores para divertirse. A esas horas el peligro y la violencia aumentan exponencialmente, sobre todo en el centro. Por algo Las Ramblas se encuentra en el ranking de las diez calles más peligrosas del mundo...
...Otra cosa era el resto de la Plaza y sus aledaños, donde se movía otro tipo de ambiente. Un batiburrillo de gente de la más baja extracción se daba cita también allí. Los bancos públicos y los suelos estaban ocupados por una variopinta hueste antisocial: gente sin patria ni techo, pedigüeños, camellos, borrachos, drogadictos, liendrosos, feos y los más guarros de Barcelona y otras ciudades europeas se congregaban cada noche entorno al sembrado de terrazas más caras de la Barcelona cosmopolita, una milicia que había renunciado al amansamiento impuesto por el sistema y había asumido el extremismo social como forma de vida...
Extractado de SIEMPRE QUISE BAILAR COMO EL NEGRO DE BONEY M.
http://minovelanegra.blogspot.com/
Estimados amigos, les hago llegar este comentario de hace un par de años en plena faena de reclamación del prestigio de este gran escritor. Ahora con el homenaje en Barcelona, me congratulo de la energía derrochada en visitas y visitas a La Bibliotec de la Generalitat de Catalunya, El diario La Vanguardia y la Bibliotec H'opitalet. Larga vida a Debrigode
LOS RESTOS DE LOUIS ARMSTRONG
Nada más difícil para la crítica literaria metropolitana que ubicar a su verdadero maestro de novela popular, el escritor periférico, ultra periférico y nómada Debrigode Duggi.
De ascendencia extranjera, catalán de nacimiento y tinerfeño de adopción, es el narrador más prolífico, original e independiente de la nómina de escritores de aventuras.
Pedro Debrigode Duggi escribió obra paralela, fuera de la mercancía que se ofrecía como producto del consumo de una época difícil y que debía ser abierta a la esperanza. Dicha obra la componen, hasta el momento, El Espía Inocente, de próxima publicación y seis guiones cinematográficos. Gusto en el que coincide con una pléyade de narradores canarios.
Hay que retrotraerse a nuestro Santa Cruz de los cincuenta con su vida portuaria y comercial, de turismo americano, de cine negro y taxis descapotables e intérpretes. En esa franja intermedia entre la silenciada vanguardia europeísta, el degradado regionalismo y la irrupción de una nueva y emergente corriente emblematizada luego en los narradores fetasianos.
Allí aparece Pedro Debrigode Duggi, un hombre augural que ejemplifica al escritor de oficio y que hace posible que la corrupción no sea una categoría ausente en nuestra literatura. Un hombre que rueda en su chevrolet corvette, en unos tiempos, y que en otros ocupa casi todos los presidios.
En los chaplones de todos los barrios se leen sus novelas, y en las más disímiles geografías, Alemania, Francia, España, Venezuela etc. En una cercanía física de frontón y boxeo, apuestas de gallos y ludopatía de quinielas.
De esta pura ficción era para nosotros en las cercanías de los umbrales de nuestros hogares los relatos acerca de un misterioso hombre que escribía durante la noche con varios relojes fijos a sus muñecas, que controlaban las horas de acciones de espías que iban y venían de interminables relatos que lo mantenían ocupado toda la noche.
Hoy, que muchos escritores no consideran la ficción policial como un lujo para un público sofisticado, ni que es rechazada por su escaso contacto con la realidad, debe entenderse asimismo que este escritor no sólo cuestiona la fuerza policial, sino que la detesta. Embisten así contra la injusticia, la globalización buscando su alternativa. Los escritores de los 50 no tuvieron otro remedio que ser duros, negros, que admiraron el cine y los relatos de Chandler o Hammett, y que incorporaron lecturas desde Faulkner a Hemingway o Cadwell, Bioy Casares o Borges.
Los planos del enemigo y la alta tensión al infortunio, en los manglares del quinquenio prendieron la llama del narciso de calles de carros y adoquines. Calle 94, las peras de boxeo eran como una filosofía popular de aquellos años recubiertas con lona de estoicismo. Me parece un tiempo en que todos fuimos amigos porque éramos encajadores, resistentes, irrompibles y cada cual metía las narices en lo suyo. Al menos eso es lo que conviene recordar, porque la autoridad sí estaba en la casa de cada vecino y los peligros alertaban a la phronesis, la prudencia. Aquel humilde barrio cobijó a escritores como Debrigode, que esperanzados supieron resistir, como él mismo, hasta las andanadas de la libertad.
El hombre de la Acción
La recuperación crítica de la obra narrativa de Pedro Víctor Debrigode Duggi, nietzcheano creador de héroes y antihéroes como Audax, con la reciente publicación del volumen homenaje a la Literatura Popular en España, hace posible que salgan a la luz los materiales más reveladores de este autor de novela de género (entre los que se encuentran los hallazgos críticos del letrado astur Luis Manuel del Valle) y que descuella entre los mejores de Europa; cuyos relatos vendían muchas veces más de los seis millones de ejemplares en sus ediciones alemanas.
En el marco del Aula de Periodismo del Instituto de Santa Cruz de Tenerife “Andrés Bello”, se prepara de inmediato un especial dedicado a la obra del olvidado maestro, contando para dicha empresa con el testimonio cercano de su hija, Victoria Debrigode, jefa del departamento de Literatura del citado centro; alentando desde este momento el restablecimiento de su figura para el Santa Cruz progresista y creativo que todos deseamos y el impulso a la publicación de sus mejores novelas.
A partir de este momento, digamos histórico, se puede concluir sin ambages que una de los mejores y mayores centros de producción de narrativa en lengua española durante los años 50 fue la ciudad de Santa Cruz de Tenerife. El germen de las vanguardias (1927) no languidecería y hoy que la obra de los literatos de aquella época cobra su sitio en el idioma (García Cabrera, Emeterio Gutiérrez, etc.), También Rafael Arozarena, Isaac de Vega, Antonio Bermejo, Alfonso García Ramos, Francisco Pimentel, José Antonio Padrón, entre otros, comienzan a contar y son los antecesores de narradores como Vázquez Figueroa, Alberto Omar, y un largo etcétera, todos marcados por esa contigüidad, las más de las veces del propio barrio de Duggi (cuyo apellido coincide con el segundo de Pedro Víctor Debrigode, y de cuya calle, de igual nombre, era vecino) donde pueden contarse hasta una docena de ellos. Incluso el barrio tuvo su tertulia literaria en las terrazas del restaurante Pino Gumira en la calle de Porlier o en el ya derribado Kiosko Asunción.
Según todos los indicios nos hallamos ante un creador que traspasa la comercialidad impuesta por el negocio editorial y asienta su estilo en las mejores lecturas y afanes literarios de mediados de siglo. El Conan Doyle santacrucero P.V. Debrigode adquiere los heterónimos de Arnaldo Visconti,, P.W. Debrigaw,. Red Colt, Diego Montes, Peter Debry, Vic Peterson, Arnold Briggs, Geo Dugan, Chas Logan.
Como un Pessoa de la narrativa, este autor, el más prolífico del grupo, es visto por el crítico Jürgen Nowak como “un hombre que aun hoy en día está apreciado (por los lectores alemanes) como uno de los mejores escritores de novelas de aventuras”.
Pedro Victor Debrigode Duggi , nació en Barcelona en 1914 de padres con ascendencia francesa y corsa. Se desplazó a Canarias con el objeto de terminar sus estudios de Derecho, y aquí pasó gran parte de su vida. Durante la guerra civil estuvo confinado en el penal del puerto de Santa María y al salir de prisión su dedicación estuvo más del lado de la escritura que del ejercicio de la abogacía. Según algunas fuentes sus avatares en prisión se debieron a una acusación de espionaje de que fue objeto mientras se hallaba cumpliendo el servicio militar en Canarias. Fue en prisión cuenta el crítico alemán donde se despertaron sus talentos adormecidos, con la convicción de poder crear mundos fantásticos. Su estilo vendrá marcado por su confesión de que “había descubierto en sí mismo sus personales formas de narración, amoldadas al sujeto, para describir exclusivamente nítidas acciones y no para pintar perfiles psicológicos y sondear motivos”. Jürgen Nowak continúa afirmando que en aquellos años franquistas, había muchos escritores y periodistas, sobre todo republicanos, que tenían verdaderas dificultades para ganarse el pan y, siempre bajo la presión de represalias políticas y las dificultades financieras, sólo les cabía la posibilidad de mantenerse a flote como escritores a sueldo de novelas populares. Luego trabajó como periodista para France Presse largo tiempo como redactor en Venezuela y en la propia agencia con sede en París. En los 70 “echando mano de su verdaderamente genial talento lingüístico comenzó a hacer traducción de relatos, novelas y ensayos de escritores extranjeros de gran renombre”. Amante de la novela negra norteamericana de los años treinta y cuarenta, estimado como experto en cinematografía, muere en La Orotava en 1982.
La recuperación de la obra de nuestro autor aparece así como una tarea inminente de la crítica, así como por el estamento público, la de poner a salvo la imagen de un insigne y prestigioso escritor y periodista,
Roberto Cabrera
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