Sobre la Novela Negra y cómo se desarrolló en España, Manuel Blanco Chivite apuntó muchas pistas interesantes en su artículo LA NOVELA NEGRA ESPAÑOLA NACIÓ EN LOS KIOSKOS (http://www.literaturas.com/chivite.htm) y lo decía tan bien, que lo que sigue casi sobra, pero bueno, al menos me lo habré pasado bien.
La Novela Negra se podría definir (se admiten sugerencias) como aquella novela de fondo policíaco donde resolver el crimen no es lo más importante, sino que la búsqueda de la verdad (o al menos algún referente parecido a ella) en un trasfondo social degradado cuando no directamente corrupto se convierte en el objetivo de la novela. Los protagonistas suelen ser personajes dudosos, con moralidad peculiar e incluso derrotados pero con una clara visión del bien y del mal. Con estos elementos se pueden construir un gran abanico de historias, con mucho trasfondo social, con mucha violencia e incluso con humor. Pero siempre tendrán algo en común, la sociedad no sale del todo bien parada. Y quizá por eso algunos autores fueron tachados en su tiempo de comunistas.
Como ya comenté en un post anterior (http://novelapopular.blogspot.com/2006/07/genio-y-figura-dos-estilos-para-dos.html#links) en la colección Servicio Secreto de Bruguera se dieron casos claros de ese tipo de novela que, como era de esperar, ni se denominó así y, aún hoy día no son reconocidas.
Ahí van unos ejemplos sacados de mis lecturas recientes que por una razón u otra, me han llamado la atención. No es una lista exhaustiva, ojo, son simplemente unos botones de muestra.
En TURISMO SANGRIENTO de Peter Debry (Servicio Secreto # 330 - XII/56) un policía que hace de personaje secundario resulta ser el malvado en una compleja trama.
En PLOMO AL POR MAYOR de Peter Debry (Servicio Secreto # 370 - IX/57) unos de los secundarios, un policía, a ratos es peor que malo de la novela, ya que es corrupto hasta tal punto que está dispuesto a servir a cualquier jefe del hampa siempre y cuando pague.
En LA PEQUEÑA TONKINESA de Peter Debry (Servicio Secreto # 34 - III/51) también hay algo curioso pero más cogido por los pelos. El protagonista es un alemán nazi que jamás cometió un delito de sangre y, no sólo eso, es un trozo de pan (de hecho es el bueno de la novela) pero es implacablemente perseguido por su pasado sin tener culpa alguna y esa persecución le lleva finalmente a la muerte.
En SIETE HORAS DE VIDA de Silver Kane (Selecciones de Servicio Secreto # 192 - V/66 - Publicada originalmente en Servicio Secreto # 109 - 1952) el agente del F.B.I. resulta ser el malo tras una angustiosa persecución donde se describe lo peor de Nueva York. Como curiosidad diré que quizá ésta sea la primera novela de Silver Kane para esta colección y por tanto, la primera novela de este género que escribió.
En O.A.S. de Silver Kane (Selecciones de Servicio Secreto # 204 - VIII/66 - Publicada originalmente en Servicio Secreto pero no sé ni el número ni la fecha) se adentra en la guerra sucia argelina poniendo en evidencia a las fuerzas de seguridad de un estado corrupto.
¿Dónde quiero llegar? Al mismo sitio que Manuel Blanco en su artículo. Sin hablar de Debry, Kane, Goodman, McFair y tantos otros no se puede hablar de Novela Negra en España. Pese a quien pese. ¡Hala! Ya me he quedado a gusto.
10 comments:
Si le sirve:
... tengo anotado que "OAS" es de 1962.
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Al menos, ahí:
http://es.geocities.com/negre_groc/gonzalezledesma-aquemarropa-2004-6.pdf
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Y puede quedarse a gusto... pues no está usted solo en la lucha:
En 1997 decíamos:
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Bolsilibros. Variedad de edición de la narrativa popular –o literatura de quiosco–, consistente en el mantenimiento de colecciones multigenéricas (anticipación, crimen, guerra, oesteada, romance), presentadas en formatos cómodos (manejables en el contorno de la mano, en la oquedad del bolsillo) y resueltas con técnicas de producción inmediata (baja calidad del papel, foliación inamovible, ausencia de corrector, ilus-tración desvinculada para la cubierta). Muchos de los guionistas españoles de la Historieta, cobijados bajo seudónimos anglosajones, com-plementaron sus recursos económicos con la entrega de largas ristras de títulos para estas colecciones; a pesar del desprecio general de más de un supuesto estudioso de la Cultura Popular, decenas de estas obras escaparon, por su calidad, a la convencional clasificación de arte menor.
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Amigo Cuadrado:
Dos cosas, el enlace que me envío, i-m-p-r-e-s-i-o-n-a-n-t-e, no tengo palabras. Muchas gracias.
Y lo de no estar sólo en la lucha, ya sé que usted, como tantos otros están ahí. Si no fuera por eso no sé dónde iríamos a parar. Me da tanto miedo que se pierda esta parte tan importante de nuestra cultura...
¿Le gustó?
Al Ledesma también.
Pues mire, algo útil.
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Bueno, comprendo que reivindiquen ustedes todas estas obras como lo que son, es decir, un primer acercamiento de la literatura española al género (o subgénero, más bien), a sus reglas, convenciones y recursos narrativos, pero también entiendo que haya quien no las tenga en cuenta a la hora de hablar del nacimiento de una novela negra genuina y estrictamente española, por cuanto no era nuestra realidad la que reflejaban (a causa de la censura, o por cualquier otra razón), y al faltarles, en consecuencia, ese matiz crítico y subversivo que como usted mismo afirma, amigo Marqués, caracteriza a este tipo de literatura, por mucho que la corrupción de esas otras sociedades que retrataban, como si la cosa no fuera con nosotros y nos pillara lejos, sea fácilmente extrapolable al entorno nacional de aquel entonces.
Y yo también me he bajado, por cierto, el texto del señor Cuadrado, que promete ser la mar de jugoso. A ver cuando saco un ratillo para leerlo y disfrutarlo.
Un saludo.
A todo esto, y al hilo del carácter extranjerizado de estas novelas, siempre me ha llamado la atención los pseudónimos, anglosajones en su mayoría, utilizados por sus autores. Resultan bastante sintomáticos, creo yo, de hasta qué punto nos tienen colonizados culturalmente, desde hace décadas, nuestros ¿amigos? los estadounidenses, y hasta qué punto han conseguido que medio mundo, empezando por ellos mismos, tenga asumido su país como marco para las más variopintas historias de ficción, mientras que no ocurre lo mismo con el entorno local, donde nos choca muchísimo cualquier relato que se aparte mínimamente de la realidad más insulsa y cercana (de ahí también, a mi juicio, la importancia de ese salto hacia nuestra realidad que significó la aparición de las primeras novelas del género genuina y estrictamente españolas).
Un saludo.
Amigo Alfred:
Creo que hay que diferenciar un par de conceptos para mí muy importantes. Una cosa es lo que podríamos llamar NOVELA NEGRA ESPAÑOLA que podríamos definir como aquella novela que transcurre en España y en ese caso hablar de los bolsilibros tiene poco sentido, lo admito. Pero si hablamos de NOVELA NEGRA EN ESPAÑOL que podríamos definir como aquella novela que se ha escrito originalmente en español no hay duda que sus raíces, y muy fuertes por cierto, están en los bolsilibros, y no mencionarlos deja cojo cualquier análisis que se haga.
Y sobre la influencia norteamericana, he de reconocer que no me preocupa porque no es una circunstancia histórica nueva. Ya ve, hablamos un idioma basado en otro que es extranjero (el latín) y creemos, los que creen claro, en una religión asiática (el cristianismo) y no nos pasa nada. El mestizaje cultural, colonialismo cultural, o como lo queramos llamar es tan viejo como la humanidad.
Saludos,
Hombre, yo contra el mestizaje cultural, que enriquece (como el Avecrem), no tengo nada, pero contra la colonización cultural (aunque más bien cabría denominarla invasión), sí. Porque no es lo mismo, creo. Mientras que el mestizaje implica un intercambio entre dos culturas, y por lo tanto un enriquecimiento para ambas partes, la relación que estable la colonización (o invasión) es unidireccional ¿O acaso consumen los norteamericanos más cultura española a cambio de inundarnos con la suya? Pues va a ser que no.
Pero lo peor no es eso, que al fin y al cabo son ellos los únicos perjudicados por esa unidireccionalidad, al mirarse el ombligo y no apreciar casi ninguna aportación externa, sino el modo en que conducen a paises como el nuestro a despreciar su propia cultura, en favor de la suya (¿acaso no utilizaban todos estos autores esos pseudónimos porque lo extranjero, y más concretamente lo estadounidense, vendía mejor que lo autóctono?; a eso me refería cuando decía que su uso era bastante sintomático de la situación), lo que me parece una actitud absurda y lamentable.
Que pretendan hacernos creer (y en un gran número de casos lo consigan) que su cultura es la mejor, cuando no la única, en lugar de una de tantas, como en realidad es, a base de anular a otras, también me molesta bastante. Y ojo, que yo apenas bebo nada que no sea Coca-Cola, ni leo nada que no sea género policial (inventos ambos de los norteamericanos), pero me molesta que en nuestros cines no se estrenen más que películas estadounidenses, por ejemplo, y que cueste Dios y ayuda encontrar una sala en la que proyecten títulos de cualquier otra nacionalidad.
Un saludo.
Amigo Alfred:
Tiene usted toda la razón, mi posición es que los norteamericanos, desgraciadamente, no se conducen de una manera significativamente diferente de los romanos, ingleses o españoles en los tiempos de sus respectivos imperios. Y al final, todo se acaba mezclando. En USA la sociedad es cada vez más plural con múltiples medios de comunicación en castellano e incluso con políticos, artistas e intelectuales con apellidos latinos.
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